La especie, denominada denisovana, vivió hace 30.000 años y contribuyó con una parte significativa de ADN a los modernos melanesios que viven en las islas del Pacífico, dijeron los investigadores en la edición del jueves de la revista Nature.
El pasado marzo, el mismo equipo anunció el descubrimiento de la anteriormente desconocida especie de prehumanos, usando ADN extraído de un antiguo dedo de una mano encontrado en una cueva.
El equipo, liderado por David Reich de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston y Svante Paabo del Instituto Max Planck para Antropología Evolucionaria en Leipzig, Alemania, han analizado más ADN del humano incipiente, una niña de 5 a 10 años. "La imagen que emerge de análisis del genoma nuclear es que la población de Denisova es un grupo hermano de los neandertales", escribieron.
El equipo comparó el ADN de Denisova con el código genético de 38 humanos de hoy en día de 53 poblaciones. Descubrieron que más del 5% del ADN de dos personas de etnia melanesia coincidía con la secuencia de la niña de Denisova. "Son los ancestros de la gente de Papua Nueva Guinea, pero no de la gran mayoría de la gente de Eurasia", dijo Reich, experto en genética, en un comunicado.
Esto da una idea de que los primeros antepasados de algunos habitantes de islas del Pacífico atravesaron Asia y coquetearon con los denisovanos. Los modernos melanesios viven en las islas de Nueva Guinea, Vanuatu, Nueva Caledonia, las Islas Solomon y algunas islas vecinas más pequeñas. Son genéticamente distintos de los polinesios.
En mayo, un equipo liderado por Paabo dijo que tenían evidencias genéticas de que los neandertales y los humanos modernos se cruzaron, probablemente cuando los primeros humanos empezaron a migrar fuera de África.
El equipo también analizó un diente hallado en la misma cueva siberiana y descubrió que coincidía con el ADN del dedo de la mano. El molar de Denisova es mucho mayor que las grandes muelas traseras de los humanos modernos y su forma era más parecida al diente de un prehumano.
"Esperamos que estos resultados animen a los arqueólogos y paleontólogos a estudiar los lugares ocupados por los denisovanos", dijo Reich. "Todo lo que tenemos ahora es un hueso de dedo, un diente y un genoma", agregó.
Los científicos han especulado durante años con que varias especies de humanos diferentes vivieron a la vez en diversos momentos a lo largo del último millón de años. Sin embargo, muchos habrían vivido en zonas tropicales, donde los huesos no se preservan fácilmente. La información del jueves añade pruebas de que muchos podrían haber sido especies de apariencia moderna que aún no han sido descubiertas.
"Análisis de ADN antiguo y moderno nos ayudarán a entender mejor nuestros propios mitos de la creación, e iluminarán los detalles de las manifestaciones moleculares en la cueva", dijeron los genetistas Carlos Bustamante y Brenna Henn de la Universidad de Stanford en California en un comentario.
Noticia publicada en El Universo (Ecuador)