Darren Aronosfky en su película "La fuente de la vida" nos muestra un poco de la historia de los Mayas. Con una mezcla de ficción y realidad presenta el sentir de esta civilización, enfocándose a los temas de la muerte. Precisamente en este película, la fuente de la vida se encontraba en un lugar sagrado para los Mayas llamado el Xibalbá, el cual es el inframundo.
Para entrar al "Xibalbá", los hombres debían recorrer un tortuoso camino al final del cual se encontraba un cuerpo acuoso con casas, en las que se debían superar duras pruebas. De acuerdo con el portal nationalgeographic.com varios arqueólogos han descubierto un gran número de cuevas que se encuentran debajo del mar las cuales contienen pirámides y templos Mayas; situación que los llevó a pensar que descubrieron el "Xibalbá".
Según el mito Maya, las almas de los muertos tenían que seguir a un perro con visión nocturna en un camino terrible y acuoso; mientras soportaban múltiples desafíos y así, eventualmente, descansar en la otra vida.
Uno de los hallazgos más interesantes es un sendero subterráneo de unos 100 metros de largo. De acuerdo con el arqueólogo Guillermo De Anda dice que "hay varias razones para pensar que el sendero es una representación del viaje a Xibalbá. "Creemos que no es coincidencia que el sendero avance hacia el oeste, pues en esa dirección se encuentra el más allá", según las descripciones Mayas.
Bajo el agua de los lagos subterráneos se hallaron los restos de un altar, con esculturas que indican que estaba dedicado a los dioses de la muerte. El recorrido incluye cámaras en las que es casi imposible moverse sin lastimarse con estalactitas, las que De Anda supone son representaciones de los temidos "cuartos de los puñales", descritos en el "Popol Vuh".
Ahora, ¿por qué los Mayas se tomaron el trabajo de reproducir el infierno? De Anda opina que "tal vez sea una manifestación del poder", para que la gente se hiciese una idea de los obstáculos que deberían enfrentar en su camino hacia el paraíso.
Noticia publicada en De10 (México)