De acuerdo a un estudio realizado por especialistas, de la Escuela Médica de Harvard, en Estados Unidos, la ira puede afectar la función pulmonar. El equipo de científicos hizo una investigación basada en 670 veteranos militares, de entre 45 y 86 años, encontró que la función pulmonar en aquellos con altos niveles de hostilidad era más pobre, comparada con las personas clasificadas como más felices del mismo grupo. También descubrieron que la capacidad pulmonar se reducía más rápidamente en los hombres más irascibles.
El estudio publicado en la revista Thorax afirmó que los resultados de la investigación podrían contribuir al desarrollo de nuevos métodos de detección y estrategias de prevención de las enfermedades pulmonares. En 1996, estos fueron sometidos a una serie de cuestionarios para evaluar sus niveles de hostilidad y su estado emocional a largo plazo.
Midieron la hostilidad
Asimismo, se les midió su función pulmonar. Esta evaluación se repitió aproximadamente cada dos años. “Los hombres con niveles altos de hostilidad tenían una función pulmonar más pobre en 1996, pero también mostraron un deterioro más rápido con el paso del tiempo”, explicó la Doctora Rosalind Wright. Otros estudios indicaron que el rápido decaimiento de la función pulmonar estaba relacionado con una creciente susceptibilidad a enfermedades que debilitan los pulmones.
Sin embargo, como el estudio fue conducido en un grupo conformado por ex militares, mayormente blancos y de un estatus económico bajo, aclaró Wright, los resultados no pueden ser aplicados al resto de la población, salvo en casos similares.
Emoción y Salud
Según el Doctor John Moore-Gillon, especialista en pulmones y vocero de la Sociedad Torácica Británica, “este estudio es fascinante”. “Pareciera ser que hay un vínculo entre el mal carácter, la hostilidad y el deterioro en el funcionamiento de los pulmones. Lo que aún no se sabe con certeza es si ese deterioro es causado por la emoción (la ira o el enojo) o si ambos son causados por un tercer factor”. La investigación resalta algo de lo que cada vez se tiene más conciencia: la estrecha relación entre el cuerpo y la mente.
Noticia publicada en El Aviso