“Aplicado a los ecosistemas individuales, es como arrojar una moneda al aire: la mitad de las veces se obtiene la respuesta correcta y la mitad no”, observó Trevor Branch, profesor adjunto de ciencias acuáticas e ictícolas de la UW.
En 1998, un estudio pionero publicado en la revista Science fue el primero en emplear las tendencias en los niveles tróficos del pescado capturado para medir la salud de las pesquerías del mundo. El nivel trófico de un organismo indica el lugar que le corresponde en la cadena alimentaria; las algas microscópicas están en el nivel trófico uno y los grandes depredadores, como los tiburones y el atún, en el nivel cuatro.
Dicho estudio recopiló datos de captura de 40 años y promedió los niveles tróficos de los pescados extraídos. Los autores de la investigación determinaron que esos promedios caían gradualmente y advirtieron que los humanos estaban “agotando la cadena alimentaria descendente” al sobrepescar especies de los niveles tróficos más altos y continuar con los peces de los niveles más bajos.
Ahora, un análisis que utiliza nuevos datos compilados que tienen en cuenta la cantidad y la clase de pescado que vive en esos ecosistemas, los informes de captura y otra información, detectó fallas en el sistema de medición de la salud del ecosistema a partir de los cambios de los niveles tróficos de los peces capturados.
“Esto es muy importante porque esa medida es el indicador más ampliamente adoptado para determinar la salud general de los ecosistemas marinos”, explica Branch, autor principal del estudio, que se publicó esta semana en la revista Nature.
Branch determinó que los cambios en los niveles tróficos promedio de las especies capturadas y los hallazgos de las poblaciones de peces evaluadas difieren en 13 de 19 estudios de arrastre de 14 ecosistemas.
Branch y sus colegas combinaron por primera vez varios estudios de arrastre para realizar el análisis y detectaron que, en todo el mundo, parece que los humanos no pescan la cadena alimentaria de forma descendente.
Luego de observar una disminución de los niveles tróficos promedio del pescado capturado en la década de 1970, determinaron que la mayoría de las capturas de todos los niveles aumentaron desde mediados de la década de 1980, incluyendo grandes depredadores como el atún patudo, el atún listado y la bacaladilla.
Noticia publicada en FIS.com