El maíz transgénico combate las plagas de insectos, según un estudio de la Universidad de Minnesota en Saint Paul (Estados Unidos) que publica la revista Science. Las plantas modificadas reducen los daños en las plantaciones vecinas no modificadas y los granjeros de ambos tipos de cosechas pueden conseguir beneficios económicos.
Los investigadores, dirigidos por William Hutchinson, estudiaron los efectos que el maíz modificado genéticamente ha tenido sobre la polilla del gusano del maíz europeo, una plaga devastadora que se introdujo de forma accidental en el Medio Oeste de los Estados Unidos en 1917 y se cree causa unas pérdidas de unos 1.000 millones de dólares al año.
Los investigadores descubrieron que el maíz que expresaba proteínas insecticidas para la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt) reducía las poblaciones de las polillas del maíz.
Hutchinson y su equipo observaron, además, que aquellos que empleaban el maíz natural obtenían mejores resultados, pues quienes se valían del transgénico tenían que pagar un mayor precio por sus semillas, incluso recibiendo las ventajas del control de plagas de las plantaciones transgénicas vecinas.
Por ello, los autores del trabajo advierten de que demasiadas cosechas transgénicas en un área podrían promover una fuerte resistencia entre las polillas a las proteínas insecticidas. El gobierno estadounidense ya exige a los agricultores «refugios» de cosechas no modificadas como método compensatorio.
Durante los últimos 14 años, los estados de Illinois, Minnesota y Wisconsin han podido ahorrar unos 3.200 millones de dólares al cultivar de forma simultánea ambos tipos de maíz, ponen como ejemplo los autores.
Noticia publicada en ABC (España)