La Vitoria escondida, esos retazos de historia que dan sentido a la forma de ser de una ciudad, continúa asomándose al balcón del siglo XXI para evitar que el pasado se suma en el olvido. Lo ha vuelto hacer en la calle Fueros, erigida en fuente de los grandes hallazgos ocurridos en los últimos años, como acaba de constatarse.
Fue a mediados de junio cuando los empleados de una constructora descubrieron restos humanos en el solar del número 14. Activado el protocolo, media docena de arqueólogos liderados por la Diputación se pusieron manos a la obra para concretar el alcance de unos restos que vuelven a apuntar a finales del siglo XVIII y principios del XIX. A la espera del informe definitivo que llegará en septiembre, los expertos, según ha podido saber EL CORREO, cifran en 400 los cadáveres hallados en la zona.
Las excavaciones, realizadas tanto a mano como con maquinaria, se han prolongado entre el 17 de junio y el 22 de julio por media docena de arqueólogos y un auxiliar pertenecientes a la empresa Arkeodoc. Se ha trabajado en una superficie aproximada de 100 metros cuadrados y se han localizado restos humanos en el 70% del solar. En total, se han encontrado una decena de fosas comunes distribuidas en hiladas ubicadas en distintas capas de profundidad. Cada fosa, explican fuentes forales, contenía una media de entre 30 y 40 cuerpos, la mayoría de jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 30 años.
Pese a que el número de esqueletos se ha cifrado en 400, sólo se han conservado 300, divididos por igual en dos grupos. Por un lado y siempre según la primera impresión de los expertos, se trataría de cuerpos de militares franceses acantonados en Vitoria a finales del siglo XVIII con motivo de la Guerra de la Convención. En este caso, no presentan ningún signo de haber fallecido en combate, de ahí que los investigadores crean que perdieron la vida víctimas de una epidemia, ya sea de tifus o de peste. Estos cuerpos, orientados en dirección Oeste a Este, se han hallado en las fosas numeradas del 1 al 5, las primeras en excavarse.
A partir de la sexta y hasta la décima, la cosa cambia (están dirigidos en sentido Norte-Sur). Los esqueletos, explican estas mismas fuentes, evidencian que los soldados fueron víctima «de un enfrentamiento violento», puesto que se han encontrado evidencias concluyentes como extremidades mutiladas. En este caso, también se trataría de militares franceses, pero de principios del siglo XIX que perecieron en el transcurso de la decisiva Batalla de Vitoria (Guerra de la Independencia).
Noticia publicada en El Correo (España)