Es la primera vez que un dispositivo de estas características se despliega en aguas gallegas y sus prospecciones aportarán información valiosa para el sector marítimo-pesquero, como la predicción de la deriva de las larvas de las especies de interés comercial y de los vertidos contaminantes o el estado del mar.
Hasta finales de agosto el planeador está programado para navegar bajo el agua y hacer perfiles entre el fondo y la superficie, desde la costa hasta unos 150 km mar adentro. Después de cada perfil emergerá a la superficie para enviar, vía satélite, datos de las condiciones físicas del agua (temperatura, salinidad, densidad, contenido de clorofila, material suspendido, oxígeno y velocidad de la corriente en toda la columna de agua) a ordenadores ubicados en los laboratorios de la UEA y del IIM (CSIC), donde investigadores de ambos organismos procesarán y analizarán los datos.
Se ha escogido Cabo Silleiro para lanzar el planeador al existir una base de datos oceanográficos de esta zona durante varias décadas. Esto, unido a la posibilidad de emplear esta moderna tecnología en el fondeo permanente del CSIC, permitirá investigar el régimen oceánico con gran detalle. El objetivo será muestrear los cambios en las condiciones físicas en la plataforma continental durante la temporada de afloramiento, período en el que las aguas profundas, ricas en nutrientes, se desplazan o afloran a la superficie del océano debido a la acción del viento y de la rotación de la Tierra.
«Cuando el planeador complete sus primeras trayectorias entre la superficie y el fondo y tengamos los datos, dejaremos al robot seguir su trayectoria, que en principio durará entre 5 y 6 meses», explica Des Barton, profesor de investigación del CSIC.
El planeador es sumergible hasta una profundidad máxima de 1.000 metros, tiene una gran capacidad de operación autónoma (carece de hélices, no necesita combustible pues utiliza su flotabilidad para desplazarse y tiene una batería solamente para alimentar los sensores, que son de muy bajo consumo), mide unos dos metros de largo y pesa alrededor de 52 kilos.
Noticia publicada en La Voz de Galicia (España)