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Unas 1 700 personas de localidades situadas en las faldas del volcán fueron evacuadas -unas 600 se encuentran en 10 albergues-, tras la intensificación del lanzamiento de piedras, ceniza y arena hacia las 22:00 de Ecuador (03H00 GMT) del jueves.

Hasta el momento, se ha confirmado la muerte del periodista de una cadena de televisión Aníbal Archila, que cubría la información al pie del volcán, a causa de una lluvia de piedras incandescentes. Al menos tres niños han desaparecido, dijeron las autoridades.

David de León, vocero de la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), dijo a la AFP, que por el momento “solo hay que lamentar la muerte del periodista”. Una veintena de personas han sufrido heridas de diversa consideración por la lluvia de material expulsado por el volcán durante unas cuatro horas.

Este lluvioso viernes, el volcán permanecía envuelto en una espesa niebla y seguía en calma. Mientras tanto, los guatemaltecos de las zonas aledañas al volcán en un radio de un centenar de km se armaban con escobas y palas para retirar de tejados y patios de sus viviendas el arena y cenizas lanzadas por el coloso, constató la AFP.

“Sólo hemos limpiado el patio de la casa y ya llenamos una bolsa de basura grande”, confesó a la AFP Isabel Estévez, una ama de casa que junto con su esposo iniciaron la limpieza de los sedimentos arrojados por el volcán, que en algunos lugares alcanzan hasta cinco centímetros de espesor.

Ante la magnitud de la erupción, el presidente Álvaro Colom, decretó el jueves por la noche “estado de calamidad” en los departamentos de Guatemala (centro), Sacatepéquez (oeste) y Escuintla (sur).

La Dirección de Aeronáutica Civil también decretó el cierre del aeropuerto internacional de La Aurora, de la capital guatemalteca, hasta el mediodía de este viernes, aunque dicho cierre podría prolongarse hasta el sábado si los equipos no logran limpiar la pista de la espesa capa de ceniza y arena, agravada por la intensa lluvia que caía, según la vocera de entidad, Mónica Monge.

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