El anfibio fue hallado en la cuenca alta de la Cordillera del Cóndor, zona fronteriza de Zamora Chinchipe. La encontraron Andrea Terán y Juan Manuel Guayasamín, investigadores del Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
Los dos biólogos realizaron un trabajo de campo en abril del 2009. Pero luego de la confirmación de que se trataba de una nueva especie, el hallazgo fue revelado el jueves 6 en la revista australiana Zootaxa, especializada en nuevas especies.
Terán y Guayasamín fueron parte del Programa de Evaluación Ecológica Rápida, organizado por Conservación Internacional (CI-Ecuador). Durante dos semanas, junto con un grupo de investigadores de la PUCE y de la Universidad de Luisiana, Estados Unidos, se adentraron en los bosques. Unos buscaron reptiles, otros plantas, aves, insectos y mamíferos.
El objetivo del programa de CI es ir a zonas poco conocidas, por períodos cortos y en grupos numerosos (el año pasado fueron 20 investigadores).
La misión fue obtener la mayor cantidad información posible en la Cordillera del Cóndor. Este sitio tiene gran importancia biológica, pese a que hay pocos estudios de esa zona.
Guayasamín confesó que se sorprendieron al descubrir a esta rana solo en las noches y que se posaba sobre las hojas. “Cuando la vimos por primera vez, pensamos que, por su tamaño, se trataba de juveniles. Pero una noche encontramos a una pareja apareándose”. Allí se dieron cuenta que eran adultos, pero aún no sabían que era una nueva especie.
Hasta que, tras un año de análisis de laboratorio de la morfología externa e interna, supieron que habían descubierto a Cutín diminuto del Cóndor. Aparte del tamaño, se caracteriza por el rojo intenso del iris del ojo y su vientre algo transparente.
Noticia publicada en El Comercio (Ecuador)