Según el diario Times of India del 26 de enero, en una entrevista celebrada en Nueva York, Bill Gates comentó que el Acuerdo final de la cumbre sobre el clima celebrada en Copenhague en diciembre prevé movilizar 10.000 millones de dólares anuales (para financiar proyectos contra el calentamiento en los países en desarrollo) durante tres años (2010-2012), incrementándose luego hasta alcanzar 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, representando esta última cifra mas de las tres cuartas partes de la ayuda al desarrollo total.
En 2008 la ayuda al desarrollo fue de 119.800 millones de dólares -en flujos netos y en términos reales-, lo que la convierte en la cifra más elevada de la historia. Ayuda que se dedica a una multitud de fines: contra el hambre, sanitarios, educativos, infraestructuras, agrícolas, promoción de la mujer, apoyo a pequeñas empresas y un largo etcétera.
En una carta distribuida el día 25 dando cuenta de las actividades de su Fundación, Bill Gates repetía que “me preocupa que una parte de aquellas sumas de dinero (contra el cambio climático) vaya a proceder de la reducción y desvío de otras categorías de la ayuda al desarrollo, especialmente las dirigidas a la salud humana.”
Hablando con Reuters, Bill Gates aportó un ejemplo muy elocuente. “Si tan sólo un 1% de aquellos 100.000 millones de dólares (esto es, mil millones $) se consiguiesen recortando los fondos para vacunaciones (en el tercer mundo), entonces 700.000 niños más morirán de enfermedades que son curables”.
Estas opiniones proceden no sólo de un experimentado empresario, sino de una persona con una larga, activa y encomiable dedicación a organizar la ayuda a los países mas pobres, especialmente en el campo de la salud. Desde que en 1994 Bill Gates y su esposa constituyeron la Bill & Melinda Gates Foundation han donado en programas para combatir la malaria, el SIDA, la tuberculosis y otras mortíferas enfermedades de los países pobres la cifra de 21.000 millones de dólares, procedentes sobre todo de su fortuna personal. Desde 2008 Bill Gates se dedica exclusivamente a dirigir esta Fundación.
Lo que Bill Gates viene a decir -como tantos otros especialistas en desarrollo antes que él- es que para obtener mejores y mas rápidos resultados en el combate contra las enfermedades mortales, el enfoque prioritario debe ser continuar, mejorar y ampliar los programas de ayuda destinados específicamente a este fin: multiplicando el suministro de vacunas y medicamentos, mejorando la formación de los profesionales sanitarios, ampliando y coordinando las instalaciones de atención sanitaria, etc.
La pretensión de las organizaciones y gobiernos obsesionados con el calentamiento global de que la reducción de la mortalidad por enfermedades en los países pobres requiere que en un primer periodo -que, en realidad, duraría varias décadas- se priorice la financiación de las políticas climáticas, no sólo es errónea, sino muy perjudicial para los países y poblaciones mas vulnerables. Entre otros, el autodenominado “ecologista escéptico”, el danés Bjorn Lomborg, lo ha expuesto convincentemente en varias de sus obras.
Para salvar vidas lo mejor es ponerse a ello y no pretender que “salvar la Tierra” es la mejor contribución a la salud de los más pobres.
Noticia publicada en COPE (España)