Un equipo de neurólogos del California Institute of Technology (Caltech) descubrió la zona del cerebro donde se activa la generosidad. El estudio, publicado ayer en la revista Nature, reveló a través del escaneo 3D del cerebro, que los centros neurológicos del placer y la satisfacción se encienden cuando las personas sanas ven a individuos necesitados progresar económicamente, aún cuando esto signifique una desventaja para ellos mismos.
Para hacer esa demostración, se realizó un experimento en el que se recompensaba con dinero a una persona, cuya respuesta cerebral era analizada al mismo tiempo mediante una imagen por resonancia magnética funcional.
Los investigadores, encabezados por John O"Doherty, observaron cómo las personas más ricas generaban una determinada actividad neuronal en algunas regiones del cerebro -entendida como satisfacción- cuando observaban las recompensas concedidas a otras personas más pobres.
Así, se determinó que la actividad cerebral generada por los ricos en esas situaciones se correspondía con un sentimiento de preocupación por la desigualdad. "Esto prueba que los seres humanos sentimos preferencia por la igualdad y aversión por la desigualdad", indicó el profesor O"Doherty, del Caltech.
El científico explicó esta reacción del cerebro por el hecho de que la igualdad mejora la convivencia de un grupo de personas o comunidad, algo que beneficia a todos frente a la opción de vivir en soledad.
Aunque el estudio no se centró en descifrar con detalle las diferencias individuales entre los seres humanos, sino en lo que sus respuestas cerebrales desvelan, el investigador considera que "la tendencia a mostrar aversión por la desigualdad variaría según los individuos, igual que varían otros rasgos".
Según algunos científicos, cierto tipo de personas con trastornos de la personalidad, como los sociópatas, podría tener algún tipo de disfunción en regiones del cerebro, por lo que "quizás no mostrarían las mismas respuestas que la gente sana en un experimento como este".
Como principal conclusión, los científicos responsables del estudio consideraron que el egoísmo es innato en el hombre pero la evolución ha desarrollado el placer del altruismo.
Noticia publicada en La Razón (España)