Para llegar a esta innovación, los ingenieros realizaron en un gran avance en física cuántica, una teoría con más de 80 años de antigüedad, desarrollada en la década de 1920. Esto podría allanar el camino para el desarrollo de nuevos materiales, capaces de conformar dispositivos electrónicos más pequeños y vehículos más eficientes energéticamente.
De esta manera, los investigadores descubrieron una nueva manera de predecir las características más importantes de un nuevo material antes de su creación. La flamante fórmula permite a los ordenadores modelar las propiedades de un material hasta 100.000 veces más rápido que en la actualidad, ampliando enormemente la gama de propiedades que los científicos puedan estudiar en los materiales.
La profesora de ingeniería Emily Carter, de la Universidad de Princeton, fue la directora del proyecto. La innovación fue difundida mediante una nota de prensa del mismo centro de estudios, y también mereció un artículo en la revista científica Physical Review B, de la American Physical Society.
Conocer los materiales en profundidad
Según los especialistas, la mayoría de los materiales no son perfectos para muchas de sus aplicaciones, y precisamente sus fallas son las que terminan evidenciando parte de las propiedades más importantes, al no poder determinarlas previamente. El conocimiento previo de sus características evitaría múltiples inconvenientes.
La nueva ecuación permite modelar hasta un millón de átomos de cada sustancia, acercándose al conocimiento de las propiedades reales de las mismas, algo que lógicamente desembocaría en la confección de materiales con un mayor grado de perfección. Asimismo, se conocerían previamente y en profundidad gran parte de sus condiciones.
Al ofrecer una vista panorámica del comportamiento de las sustancias en el mundo real, la nueva fórmula brinda una excelente herramienta para el desarrollo de nuevos materiales, los cuales pueden ser especialmente creados de acuerdo a las necesidades de nuevas tecnologías en múltiples campos.
Las aplicaciones son realmente infinitas: carrocerías más livianas y aleaciones metálicas más fuertes, por ejemplo, podrían favorecer el desarrollo de vehículos más eficientes energéticamente. Por otro lado, dispositivos electrónicos más pequeños y rápidos podrían ser producidos a partir de nanocables, que contarían con diámetros decenas de miles de veces más pequeños que el de un cabello humano.
Esta nueva forma de predecir las propiedades más importantes de las sustancias podría acelerar el desarrollo de nuevos materiales y tecnologías. El significativo avance permitiría a los investigadores ampliar considerablemente la gama de materiales que pueden ser estudiados con fines tecnológicos.
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