Una controversia ha rodeado por mucho tiempo la fecha de extinción de esas criaturas en Australia. Nuevos equipos que pueden fechar dientes y huesos han resuelto el rompecabezas, dijeron investigadores australianos en la última publicación de la revista Science.
"Por un largo tiempo, no pudimos medir huesos y dientes, o qué tan viejos eran (los animales) cuando murieron, es decir, cuando se extinguieron", dijo por teléfono a Reuters el paleontólogo Barry Brook de la Universidad de Adelaida, en el sur de Australia.
Una de las nuevas técnicas utilizadas en la investigación permite indicar cuándo el uranio fue asimilado en los dientes del animal mientras estaba vivo.
La pregunta de cuándo murió la última de estas criaturas en Australia apareció cuando otros investigadores comenzaron a encontrar fósiles, junto a herramientas de piedra, en Cuddie Springs, en Nueva Gales del Sur, hace unos 100 años, y nuevamente durante los últimos 30 años.
Entonces, los investigadores analizaron los sedimentos alrededor del hallazgo y encontraron que se remontaban a 30.000 años atrás, contradiciendo la evidencia encontrada en otras partes de Australia que mostraban que esos animales se extinguieron mucho antes, o al menos hace 40.000 años.
Hasta ahora, la teoría predominante ha sido que los humanos forzaron la extinción de las criaturas gigantes. El arribo de las primeras personas en Australia se produjo entre 45.000 y 60.000 años atrás.
"Pero ahora que tenemos nuevos métodos para fechar el hueso en sí mismo, podemos saber hace cuánto murieron los animales en vez de hace cuánto tiempo los huesos fueron enterrados por última vez", explicó Brook.
Además, Brook dijo que los huesos de Cuddie Springs probablemente fueron desenterrados en una inundación y redepositados en su lugar de descanso final, junto a las herramientas de piedra, 10.000 años después de la muerte de los animales.
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