Un equipo de científicos australianos, tras seguir durante 14 años a un grupo de niños, descubrió que la leche materna consumida durante largos períodos protege la salud mental de los menores, al menos hasta la adolescencia.
El estudio se desarrolló en el Instituto de Telethon de Investigación de Salud Infantil y estuvo liderado por la doctora Wendy Oddy, que inició la investigación en 1989 invitando a participar a 2.900 mujeres que estaban en las semanas 16 a 20 de gestación.
Este extenso trabajo tuvo en cuenta múltiples aspectos de las personas analizadas y recabó datos familiares, sociales, económicos, demográficos, médicos y, además, se realizó un examen de los recién nacidos a los dos días del alumbramiento.
Se analizaron 2.366 menores participantes y se consignó la forma de alimentación infantil, es decir, si esta era con leche materna o artificial, y el tiempo que duró la lactancia, si fue de menos de seis meses o más de medio año.
Además los científicos llevaron a cabo cuestionarios específicos sobre el comportamiento y la psicopatología de los pequeños participantes en diferentes momentos de su vida. Este chequeo implicó una revisión cuando tenían 1, 2, 3, 5, 8, 10 y 14 años.
Los investigadores dijeron en la reconocida publicación The Journal of Pediatrics que "en el análisis incluimos los posibles factores que podían alterar los resultados como la edad de la madre al nacer su hijo, su nivel educativo, estructura familiar, peso y talla del bebé al nacer, y si había existido o no depresión posparto".
De los datos recabados de los 2.366 pequeños, un 11% nunca tomó el pecho, el 19% sí, pero menos de tres meses, mientras que otro 19% fue amamantado de tres a seis meses. Además, un 28% tomó leche materna de 6 a 12 meses y un 24% un año o más.
Los científicos dijeron que "las madres más jóvenes, con 12 años o menos de estudios, más estresadas, con menos ingresos y que fumaron durante el embarazo son las que con más frecuencia amamantaron a sus hijos menos de medio año".
"Las lactancias cortas, de menos de seis meses, se relacionan con un aumento de la morbilidad de la salud mental que se extiende desde la infancia hasta la adolescencia", afirmaron los expertos.
"Esta relación se produce en los trastornos internalizantes como la depresión, ansiedad, y externalizantes como el trastorno de conducta, antisocial o de la personalidad, así como para problemas significativos de conducta. Y esta asociación persiste después de tener en cuenta los factores sociales, familiares, económicos y psicológicos en los primeros años de vida", aclara el estudio.
Noticia publicada en Diario Hoy (Argentina)