La Apnea Obstructiva del Sueño es una patología que afecta entre el 5 y el 7% de la población adulta mundial. La mitad de esas personas desarrollarán, como consecuencia de los episodios de hipoxia nocturna, hipertensión arterial, y otros tantos pueden sufrir otras alteraciones cardiovasculares, inclusive daños cognitivos.
Es el trabajo que ha realizado por años un grupo de investigadores del Laboratorio de Neurobiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Hace tres años desarrollaron un modelo en ratas que simula los episodios de hipoxemia que los pacientes presentan durante la noche. “Encontramos que las ratas desarrollan respuestas cardiovasculares patológicas similares a las observadas en pacientes que sufren de apnea obstructiva del sueño”, señala Rodrigo Del Rio, quien trabaja junto a Esteban Moya, liderados por el profesor Rodrigo Iturriaga.
Luego, se abocaron a estudiar los mecanismos que participan en este fenómeno. Encontraron que los animales sometidos a hipoxia intermitente desarrollan estrés oxidativo a nivel sistémico, tal como ocurre en personas que sufren esta enfermedad. Algunos pacientes pueden sufrir más de 200 episodios de apneas por noche, con caídas en la presión de oxígeno similar a la que ocurre al subir a 5000 metros de altura. Los encargados de “encender la alarma” para despertar al paciente son los sensores de oxígeno ubicados en los cuerpos carotídeos. Frente a una hipoxia, estos sensores desencadenan una hiperventilación refleja que restituye los niveles de oxígeno arteriales.
“El estrés oxidativo, producido por estos episodios de apneas, juega un rol fundamental en el desarrollo de hipertensión”, señala Esteban Moya. Nuestro aporte, dice, fue atacar ese estrés oxidativo. El tratamiento que probaron en el modelo de ratas consistió en administrar de forma oral vitamina C a los animales. Con este antioxidante, lograron evitar el desarrollo de la hipertensión provocada por los episodios de hipoxia intermitente en los animales.
Estos resultados han sido recientemente publicados en el "European Respiratory Journal", la tercera revista de mayor impacto a nivel mundial en Respiratory System según el International Science Institute (ISI).
Según el Dr. Rodrigo Iturriaga, los recientes hallazgos abren nuevas posibilidades para usar antioxidantes como un tratamiento para reducir las consecuencias patológicas de las apneas del sueño sobre la presión arterial y el sistema nervioso. Una terapia eficaz, inocua y barata, que en el futuro podría ampliarse con el estudio de otros antioxidantes, que también podrían ser útiles en el tratamiento de la patología.
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