Tal y como expone un estudio publicado en la revista "Science of Translational Medicine". La capacidad de mantenernos alerta o atentos es esencial para nuestra supervivencia, pero es un recurso finito, que decae progresivamente a medida que aumentan las horas que llevamos despiertos. Sin embargo, determinar cuántas horas de sueño son necesarias para que logremos un estado de atención y rendimiento satisfactorios continúa siendo objeto de debate.
Esta cuestión adquiere una especial importancia en el día a día de algunos profesionales como médicos, enfermeros o conductores cuyos turnos de trabajo a veces no respetan el reloj biológico ni el ritmo circadiano, que se distribuye en ciclos de unas 24 horas y en los que el sueño tiene lugar durante la noche.
Algunas investigaciones han señalado que quienes "engañan" a su cuerpo respecto al descanso son más vulnerables a la enfermedad, al estrés, a sufrir problemas de memoria y aprendizaje, a tener accidentes de tráfico, e incluso, a ganar peso. Por si esto fuera poco se ha llegado a la conclusión de que permanecer despierto durante 24 horas puede disminuir tanto nuestras habilidades como una tasa de alcohol en la sangre del 0,10%.
A la vista de estos datos un grupo de investigadores encabezados por Daniel A. Cohen, miembro del Hospital Brigham and Women"s y del Centro Médico Beth Israel Deaconnes, en Boston (EEUU), decidió comprobar los efectos en el rendimiento de una privación de sueño continuada y de la distorsión de los ritmos de descanso naturales. Para ello contaron con una muestra de nueve individuos sanos cuyos ritmos de descanso y vigilia fueron controlados a lo largo de 38 días. Durante tres semanas los sujetos durmieron sólo 10 horas de cada 43, lo que equivale a 5,6 horas de sueño diarias.
A lo largo de este periodo el ritmo circadiano de los individuos, la privación aguda de sueño (en una jornada concreta), y la restricción crónica del descanso (acumulada a lo largo de los días) ejercieron su acción de forma separada. Para valorar cuál de los tres factores afectaba más a la capacidad de reacción de los sujetos y en qué momentos ejercían su acción, los participantes fueron sometidos a diferentes exámenes.
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