Luego de una larga investigación basada en la teórica generación de electricidad por parte de la floresta, investigadores de la Universidad de Washington demostraron que un árbol es capaz de producir suficiente energía para activar un circuito eléctrico.
El estudio que comenzó inicialmente por miembros investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en el año 2008, ha llevado al descubrimiento de científicos de la Universidad de Washington sobre la producción de energía en los árboles.
El experimento del MIT demostraba que algunos vegetales producían voltajes de hasta 200 Milivoltios al momento de incorporarles un electrodo y uno más puesto en el suelo para efecto tierra.
Al adoptar parcialmente los resultados de dicho estudio, una extensa red de investigadores han optado por continuar con los desarrollos de tecnología funcional con la energía de la propia floresta, tales como sensores y otros componentes de automatización en campo.
Tal es el caso del equipo de especialistas de la Universidad de Washington liderado por Babak Parviz, que en los últimos meses se enfocó al estudio de los árboles y su virtud de generación eléctrica, consiguiendo como resultado la creación del primer circuito capaz de funcionar con el micro-voltaje de los árboles.
La documentación del experimento indica que Carlton Himes, miembro de este proyecto, se ocupó en colocar clavos en árboles de la clase “Acer Macrophyllum”, muy comunes en áreas colindantes a la universidad, y a través de un voltímetro halló que tales seres eran capaces de producir cientos de Milivoltios.
Posteriormente el equipo del cual forma parte Hilmes se dio a la tarea de desarrollar un dispositivo capaz de funcionar con la energía registrada del Acer. Brian Otis, ingeniero participante del grupo de Hilmes, creó un convertidor elevador que tomaba el voltaje de entrada muy bajo (alrededor de 20 Milivoltios) muy por debajo de lo que ocupa cualquier otro elevador comercial del mercado.
El resultado es que dicho elevador tiene la capacidad de generar un voltaje de salida de 1.1 V, lo suficiente para alimentar sensores de baja potencia.
Los científicos desarrolladores se valieron de la Nanotecnología para conseguir tal hazaña y debido a esto el elevador fue dimensionado en 130 nanómetros (1 nm equivale a mil veces menos que el tamaño del grosor de un cabello humano) por tal motivo su activación se logra con tan sólo 10 nanovoltios de potencia.
Por lo pronto, el descubrimiento será adelantado y se estima que en un momento dado sea liberado para su aplicación en distintas interfaces de sistemas automatizados sensoriales, tales como lo utilizados para el monitoreo medioambiental en zonas boscosas y los cuales se alimentan de energía solar, lo cual posee ciertos inconvenientes debido a los nublados, el ocultamiento de los rayos por el crecimiento de las ramas.
Otros de los campos de aplicación para esta nueva tecnología que los ingenieros desarrolladores han identificado es en el control y prevención de incendios forestales además de otros mecanismos de automatización y experimentación que involucre floresta.
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