Según el violinista y director de orquesta, Yehudi Menuhin, el llanto del niño recién nacido es intrínsecamente musical, puede sonar como el martilleo seco del pájaro carpintero, el estrépito del trueno, el rumor del viento en los trigales, el arrullo de la paloma, el retumbar del metal o el grave murmullo de los pasos sobre la hojarasca. Pero, como la música, el llanto es un lenguaje no verbal y los padres deben aprender a descifrar qué estado de ánimo o necesidad se esconde detrás de, por ejemplo, el estrépito del trueno y que podría traducirse por "mamá tengo hambre".
Para Luís Meca, socio de la empresa menorquina Biloop, sus hijos no llegaron con un manual de instrucciones debajo del brazo y fue a raíz de los llantos de uno de ellos cuando comenzó a pensar en una aplicación que tradujera este lenguaje universal. "Cuando nació mi segundo hijo, –comenta Meca– quería encontrar una manera de comprender el significado de su llanto, de poder entender lo que me quería decir. En aquella época, 2001, no existía nada que respondiera a esta necesidad. Mas tarde, salió un producto, pero no cumplía mis expectativas. Como padre de dos hijos, aunque podía reconocer el llanto en la mayoría de ocasiones, a veces no sabía su causa".
Y transformando la necesidad en virtud, Meca y su socio Pedro Barrera, ingeniero de Telecomunicaciones especializado en electrónica, decidieron desarrollar una herramienta que identificara los lloros. "Si todos los padres, con el tiempo, somos capaces de entender el significado del llanto de nuestros hijos, -continúa Meca- esto quiere decir que hay algo en común en todos ellos".
En principio, como base para su trabajo, recurrieron a diferentes estudios pediátricos que se habían realizado sobre este tema y a la ayuda de las madres que les permitieron grabar los llantos de sus bebés. En 2004 constituyeron la empresa Biloop Technologic, S.L. y un año más tarde patentaron mundialmente la tecnología en la que se fundamenta el Cry Translator®. En 2006 el Govern Balear les concedió el Premio al Mejor Proyecto de Innovación de Menorca y el segundo premio de las Islas Baleares.
"Durante el proceso de desarrollo construimos diferentes prototipos para verificar y comprobar nuestra tecnología. Una vez superado con éxito el periodo de pruebas, –explica Meca– creímos que había llegado el momento de salir al mercado. Queríamos presentar un producto con un diseño atractivo, y pensamos que la plataforma más adecuada era el iPhone". Y el pasado mes de noviembre han sacado la aplicación en español, inglés, francés y alemán, que puede adquirirse a través de la tienda Apple de aplicaciones iTunes en Internet.
Para iniciar la traducción, se coloca el iPhone o el iPod touch(con micrófono exterior) cerca del bebé y se pulsa el botón "Start". La aplicación recibe el sonido a través del micrófono y lo somete a un procesado. La identificación es muy fiable porque compara el llanto con los datos recogidos tras haber grabado a cientos y cientos de niños. Lo que analiza es la forma en la que el bebé llora –la parte común–, prescindiendo del acento y la entonación, e indica al cuidador el motivo de los lloros y la mejor manera de consolarlo.
Cry Translator® diferencia entre cinco emociones o estados psicológicos distintos: hambre, sueño, malestar, estrés y aburrimiento, representados por cinco sencillos iconos. Tras exponerse al sonido, el dispositivo mostrará en unos diez segundos el resultado de la traducción iluminando la imagen correspondiente que encasillará su pena en una de las emociones mencionadas.
Al tocar la zona central de la pantalla se proponen las sugerencias más comunes para poder calmar al bebé. Por ejemplo para el llanto de malestar algunos de los consejos son: comprobar que el pañal no esté sucio o mojado, que la ropa no le apriete, ver si hizo el eructo después de su toma o verificar que no tenga síntomas de enfermedad.
El recién nacido llora de forma rutinaria una media de una a cuatro horas al día. Y aunque ningún padre puede consolarlo siempre que llora, si se presta atención a los diferentes tipos de llanto se puede llegar a saber si lo que necesita es comer o ir a dormir. El lloro de hambre es muy agudo y enérgico. Está diseñado para poner nervioso a quien lo escucha y que acuda a atender al bebé; el de sueño se alarga mucho en el tiempo, pero no tiene la energía inicial del anterior; en definitiva, al cabo de muy pocos días las madres identifican los motivos por los que sus hijos están a disgusto; pero los padres, según Meca, son más torpes y este proceso de reconocimiento puede tardar un tiempo.
Además si el niño tiene que quedar con otra persona que no tiene experiencia la aplicación puede servirle de guía y ayudarle a cuidarlo mejor.
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