El estudio muestra que lo feliz que las personas se sienten en realidad se corresponde con datos objetivamente medibles como los ingresos medios del hogar o los precios de las casas. Los economistas se basan en datos de medida objetivos para calcular que cuesta "X" dólares más al año vivir en Nueva York porque las personas necesitan cobrar más allí que por ejemplo en Louisiana.
Por otro lado, los psicólogos extraen las preferencias de las personas al preguntar en las encuestas, también llamadas "auto-informes", y han descubierto que las cantidades medidas de forma objetiva como los ingresos no tienen efecto sobre la felicidad. Ahora, un equipo liderado por Andrew Oswald y Stephen Wu utilizan una gran colección de datos de encuestas de un millón de americanos de los 50 estados estadounidenses para mostrar que, en contra de la creencia popular, estas encuestas en realidad se corresponden con datos objetivos basados en las categorías de felicidad de los economistas.
El estudio ofrece evidencias de que las encuestas son en realidad una fuente fiable de datos y que podrían ayudar a sortear las distancias que separan las diferentes formas de pensar entre las disciplinas, especialmente Psicología y Economía.
Noticia publicada en Salud i Força (España)