La esperanza es que el fármaco, fabricado por la compañía danesa Santaris Pharma AS bajo el nombre experimental SPC3649, pueda reemplazar a medicamentos más tóxicos como parte de un cóctel para combatir la hepatitis C, dijo Robert Lanford, de la Fundación de Investigación Biomédica del Sudoeste en Texas. "A medida que se desarrolló el estudio, el hecho de cuán bien funcionaba el fármaco se volvió increíble para nosotros", señaló Lanford durante una entrevista telefónica.
El experto, que no tiene vínculos financieros con Santaris, regularmente evalúa nuevos compuestos para la hepatitis C en chimpancés, que son los únicos animales -además de los humanos- que son susceptibles al virus.
La hepatitis es una enfermedad sanguínea que daña el hígado, provoca problemas hepáticos crónicos, cáncer, cirrosis e incluso la muerte. Es la principal causa de enfermedad hepática en todo el mundo y afecta a alrededor de 3,2 millones de personas sólo en Estados Unidos y a 170 millones en el mundo. El tratamiento convencional incluye 48 semanas de interferón más el antiviral ribavirina. La combinación funciona sólo en alrededor de la mitad de los pacientes y algunos desarrollan efectos colaterales tan dañinos que deben detener la terapia.
Lanford dijo que los medicamentos más actuales y los compuestos experimentales más nuevos que están siendo probados en ensayos clínicos apuntan directo al virus, pero que éste suele mutar y desarrollar resistencia. "Esto puede suceder en cuestión de días. El medicamento derrota al virus y éste regresa", explicó Lanford, cuyo equipo señaló en la revista Science que el medicamento de Santaris busca un nuevo enfoque.
"En lugar de apuntar al virus, vamos a extraer al virus algo que necesita", dijo el investigador. La medicina apunta a un material genético conocido como microARN, que funciona dirigiendo la actividad de los genes.
En la hepatitis C, el virus usa el microARN 122, activo en las células hepáticas, para multiplicarse. El fármaco de Santaris está diseñado para bloquear ese proceso. Dos chimpancés que recibieron una alta dosis del medicamento presentaron una reducción del 350 por ciento en los niveles del virus en su sangre e hígado.
"Este es un muy buen embate contra el virus. Hay otros fármacos que hacen esto, pero lo hicimos por 12 semanas y no hubo signo de resistencia", expresó Lanford. "Esta molécula es tan estable que aún después de detener su administración continúa combatiendo al virus", agregó.
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