Según Sidney Yip, Profesor del MIT y co-autor de un documento publicado en línea en las Actas de la National Academy of Sciences (PNAS), donde se reseña la investigación realizada, el anuncio de la decodificación de la estructura tridimensional de la unidad básica del hidrato de cemento por un grupo de investigadores del MIT, denominado Liquid Stone, podría llegar a abrir una nueva era en la industria de la construcción.
El documento también apareció en un comunicado de prensa del Department of Civil and Environmental Engineering del Massachusetts Institute of Technology, siendo definido como uno de los casos en los cuales las fronteras de la investigación científica y tecnológica se amplían. La investigación fue financiada por el fabricante de cemento portugués Cimpor Corp., a través del Programa MIT-Portugal.
Caen viejos supuestos y se abren nuevas posibilidades
El descubrimiento ha derrumbado varios supuestos sobre la estructura atómica del hidrato de cemento. Hasta esta investigación, se creía que el mismo contaba con una geometría compuesta por largas cadenas de moléculas de tres átomos de silicio, intercaladas con capas de óxido de calcio puro, dando como resultado una estructura cristalina.
Por el contrario, el equipo del MIT encontró que esa estructura cristalina no existe realmente en el hidrato de cemento. Se trataría de un híbrido que comparte algunas características con las estructuras cristalinas y otras con las típicas estructuras amorfas de líquidos congelados, como el vidrio o el hielo.
El trabajo del equipo de investigación del MIT podría haber dado como resultado el hallazgo del “ADN del hormigón”, según las palabras de los propios especialistas. Luego de saber durante años que a escala nanométrica los hidratos de cemento se aúnan en forma de paquetes herméticos, ahora sería posible conocer las características más profundas de cada una de las pequeñas partes de esos paquetes.
Al existir un modelo molecular validado, será posible manipular la estructura química del material empleado por la mayoría de los diseños arquitectónicos y las grandes obras de infraestructura, modificando sus cualidades medioambientales y disminuyendo su incidencia ecológica negativa, así como también optimizando su capacidad para soportar una mayor presión o temperaturas extremas.
Noticia completa en Tendencias 21