El nuevo enfoque sobre los modelos predictivos aplicados a las enfermedades vectoriales es analizado en un seminario convocado en la Ciudad del Saber, en la capital panameña, con la participación de especialistas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Cuba, Colombia y Panamá.
Al respecto, el salvadoreño Romero Montoya, del Programa Regional del Dengue de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), comentó a dpa que la primera decisión importante ha sido retomar el tema a través de cada región, en defensa de la Salud.
Reseñó que uno de los grandes retos vinculados a la expansión de la enfermedad viral es el cambio climático, que influyó en la aparición súbita de casos en 2008, en Argentina y Bolivia. La mayor presencia de dengue corresponde aún a Brasil.
Montoya recalcó que en un mismo año fueron confirmados en la región 834.134 casos de dengue, de los cuales 38.627 fueron diagnosticados como dengue hemorrágico, así como 584 muertes de personas contagiadas. La pandemia, caracterizda por fuertes dolores de cabeza y fiebres, podría estabilizarse en unos 700.000 casos anuales o aumentar, según los pronósticos.
Ciudades con más de 10 millones de habitantes (megalópolis), altas teperaturas que favorecen el desarrollo de larvas y la proliferación de zancudos en zonas por encima de los 2.200 metros de altitud, son algunos aspectos epidemiológicos analizados en Panamá.
Entre los mejores resultados en el control del dengue figuran los obtenidos por Cuba y Costa Rica, mientras que otros países deben intensificar sus esfuerzos santiarios. En los últimos años el dengue llegó, incluso, a la remota Isla de Pascua (Rapa-Nui), en Chile.
Montoya manifestó que en la actualidad circulan en Latinoamérica y el Caribe los cuatro serotipos del virus de dengue (1,2,3,4), lo que obliga a replantear la lucha contra un insecto que se adapta a los insticidas, precisamente porque es combatido en muchos lugares.
"Las investigaciones revelan la necesidad de una nueva y más efectiva estrategia, porque no podemos llenar el medioambiente de insecticidas y esperar que con ello sea resuelto un problema endémico en los países de la región", acotó.
De hecho, la adaptación del Aedes aegypti al control químico en sectores poblados ha sido comprobada a través de ensayos sobre la resistencia del insecto a los piretroides, de acuerdo con un estudio de vectores efectuado en Guatemala y Honduras.
Sin embargo, Vincent Abreu, del Proyecto de Banco Mundial en Nicaragua, manifestó a dpa que un modelo predictivo desarrollado en la ciudad nicaragüense de León, permite establecer probabilidades de las áreas propensas y anticiparse a una potencial infección.
El modelo, fundamentado en el concepto de estimación espectral conocido como Entropía Máxima, "aprende" a través de la alimentación de un mínimo de datos, para la elaboración de mapas de riesgo, y el combate del mosquito y los criadros de larvas, dijo Abreu.
Peter Esselman, de la Universidad del Estado Michigan, Estados Unidos, comentó a dpa que el modelo presentado en Panamá es un prototipo que permite hacer predicciones espaciales y temporales, y suminsitra datos semanales sobre riesgo relativo de dengue y las probabilidades de muerte de personas.
La iniciativa de investigación y cooperación es apoyada por la OPS, el Fondo Fiduciario para el Medioambiente y el Desarrollo Social Sustentable (TFESSD, por sus siglas en inglés), impulsado por Noruega y Finlandia, y el Banco Mundial, luego de reconocer que el dengue es un desafío de la humanidad.
Noticia publicada en El País (Costa Rica)