Esponjas de cristal y piedra, corales bola, blancos y negros, o peces armados se encuentran entre los hallazgos logrados por la expedición que realiza el catamarán Oceana Ranger. A ellas hay que sumar una amplia gama de especies raras, aún poco estudiadas por la biología y que han podido ser filmadas en vivo, como cabrachos, rapes de profundidad, gallos plateados y rosas, corales abanico, gorgonias batiales, anémonas atrapamoscas y esponjas chupa-chups.
El catamarán de la Asociación Oceana realiza esta expedición en aguas canarias en colaboración con la Fundación Biodiversidad, y tiene como objetivo el estudio de los fondos marinos alrededor de las islas para conocer y documentar zonas que por su importancia ecológica deberían convertirse en áreas marinas protegidas. Además, espera apoyar con información científica la inclusión en la red europea Natura 2000 de algunos Lugares de Importancia Comunitaria (LIC).
Entre ellos se encuentran Cagafrecho (Lanzarote), Mogán, Arinaga-Gando y Sardina del Norte (Gran Canaria), Teno (Tenerife), Valle Gran Rey (La Gomera), Garafía (La Palma) y Mar de las Calmas (El Hierro) y la ampliación de Anaga (Tenerife), Jandía o Isla de Lobos (Fuerteventura) y Los Órganos (La Gomera).
Disminución de los bancos de peces
Con ayuda de un robot submarino, Oceana está documentando las comunidades que habitan en profundidades entre los 40 y los 500 metros de profundidad. Además, mediante inmersiones con buceadores, se estudian las zonas costeras de poca profundidad, donde es sorprendente la disminución en la abundancia de peces y la expansión del erizo diadema (Diadema antillarum), una de las principales amenazas del archipiélago.
Hasta el momento la tripulación del Oceana Ranger ha realizado unas 40 inmersiones en las seis de las siete islas (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, la Gomera y La Palma). "El desconocimiento de las comunidades existentes a grandes profundidades es uno de los mayores problemas a la hora de decidir las zonas que deben ser protegidas.
La estrecha plataforma existente alrededor de las islas hace que los fondos caigan rápidamente hasta los 1.000 y 3.000 metros, dificultando su conocimiento", afirma el director de Investigación y Proyectos de Oceana Europa, Ricardo Aguilar.
Noticia completa en Nuestro Mar (Argentina)