El cetáceo había sido visto con vida en el río londinense, pero dos días después fue hallado muerto cerca del Puente de Dartford. Los primeros resultados científicos indicaron que la ballena, la primera en su tipo en haber sido hallada en el Támesis, murió por inanición.
Los expertos de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL), que están a cargo del Programa de Investigación de Cetáceos, afirmaron que el varado de la ballena del tipo "jorobada" fue un hecho "increíblemente inusual". La última ballena de esa especia que quedó varada en las costas de Gran Bretaña fue en Port Talbot, en Gales, en 2007.
Los zoólogos del ZSL llevaron a cabo la autopsia del animal, luego que la ballena fue hallada por la Autoridad del Puerto de Londres. "Los resultados preliminares de la autopsia indican que habría muerto de hambre, pero aún tenemos que realizar más exámenes para saber qué pasó con esta ballena", declaró el jefe del operativo, Rob Deaville.
"Hubo sólo 12 hechos de ballenas jorobadas que quedaron varadas en los últimos 20 años y este es un evento increíblemente inusual", agregó. Según Deaville, la autopsia "fue una rara oportunidad" para examinar de cerca a un animal "verdaderamente extraordinario".
Los científicos indicaron que análisis de ballenas y delfines varados pueden proveer de detalles cruciales sobre causas de muerte, enfermedades, contaminación medioambiental, dieta y salud de los mamíferos, que a su vez ayudarán a detectar epidemias de enfermedades, muertes inusuales y cambios en el medio ambiente.
Noticia publicada en Nuestro Mar (Argentina)