David Smith, psicólogo especializado en psicología comparada de la Universidad de Búfalo, en Nueva York, declara que cada vez hay más evidencias de que los animales comparten con los humanos semejanzas funcionales en el conocimiento, concretamente, en el metaconocimiento consciente. Esto quiere decir que los animales, como nosotros, tienen la capacidad de saber lo que saben y de expresar, controlar o regular sus estados mentales.
Smith ha llegado a esta conclusión a través de extensos estudios sobre el conocimiento animal, explica la Universidad de Búfalo en un comunicado. Sus hallazgos ayudarán a entender mejor el surgimiento de la autoconciencia humana.
Paralelismos funcionales constatados
Según declara el científico: “los psicólogos han estudiado la cuestión de si los animales tienen o no conocimiento de sus propios estados cognitivos observando delfines, palomas, ratas, monos y primates, y aplicando paradigmas de percepción, memoria y privación de alimentos”.
Hasta ahora, los resultados obtenidos de estas investigaciones han proporcionado “evidencias de que algunas especies presentan paralelismos funcionales con la conciencia y la auto-conciencia de lo que se sabe del ser humano”, aunque aún no se ha confirmado la existencia de un paralelo experiencial completo. Entre las especies que presentan dichos paralelismos estarían los delfines y los monos macacos, considerados monos del Viejo Mundo.
Emergencia filogenética de la mente humana
En Trends in Cognitive Science los científicos relatan, por ejemplo, el experimento original sobre metacognición animal realizado por el propio Smith y otros científicos con un delfín llamado Natua a principios de los años 90.
En este experimento, Natua fue sometido a varias pruebas en las que las órdenes le eran dadas en diversos tonos, a veces confusos o ligeramente variados. Estas pruebas resultaban muy difíciles para el delfín, que cuando no estaba seguro dudaba y titubeaba claramente entre las opciones ofrecidas (la incertidumbre es un estado personal y subjetivo). En cambio, cuando el animal estaba seguro de lo que se le estaba pidiendo, nadaba rápidamente hacia la respuesta elegida.
Al contrario que Natua, afirma el psicólogo, las palomas sometidas a investigación en diversos estudios no han expresado ninguna capacidad de metacognición. Tampoco en los monos capuchinos se han podido constatar evidencias de esta capacidad. Este último hallazgo invitaría a la reflexión y suscitaría muchas preguntas importantes sobre el surgimiento de la mente reflexiva en los primates, sugiere Smith.
En general, toda esta área de investigación abre nuevas vías al estudio de la mente de los animales, a su emergencia filogenética (de las relaciones evolutivas entre las distintas especies), y está permitiendo a los investigadores trazar los antecedentes de la conciencia humana.
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