Ejemplares de ese molusco, considerado como como una amenaza para la salud humana, fueron encontrados en una región de la Amazonía, al norte de Brasil.
También se localizaron en el estado de Mato Grosso, al sudoeste del país, por investigadores del Centro de Investigaciones René Rachou, una institución vinculada a la estatal Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).
Según el portal Ciencia Hoje, de la Sociedad Brasileña, la identificación de la especie en el país fue realizada por la bióloga Tatiana María Teodoro. La bióloga, investigadora del René Rachou, realizó la identificación como parte de su tesis de maestría ante la Fiocruz, entidad dependiente del Ministerio de Salud y considerada como el mayor centro de investigaciones médicas de América Latina.
El hallazgo alertó a la Fiocruz debido a que esa especie de caracol es una amenaza para la salud humana. Los caracoles de especie Schistosoma mansoni, al igual que los de la especie Biomphalaria, son huéspedes del esquistosoma, el verme que transmite la esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria que, según la OMC, afecta a unas 200 millones de personas en el mundo.
Teodoro estudia la especie Biomphalaria desde que un grupo de investigadores que integraba descubrió tres perfiles moleculares de esos caracoles entre muestras recogidas en Brasil. Al parecer los ejemplares de Biomphalaria cousini habían sido confundidos con los de la especie Biomphalaria amazónica. Los análisis morfológicos y moleculares le permitieron a la investigadora concluir que algunos de los caracoles considerados como Biomphalaria amazónica eran en realidad de la especie cousini.
"Pensábamos que las diferencias encontradas anteriormente obedecían a variaciones específicas entre ejemplares de la misma especie, pero, en realidad, uno de los perfiles pertenecía a otra especie nunca antes registrada en Brasil", explicó la bióloga. Para confirmar el descubrimiento, la bióloga infectó experimentalmente el molusco con una cepa del esquistosoma y pudo concluir que la especie funcionaba como huésped del verme.
Según Teodoro la identificación de otra especie en Brasil que le sirve de huésped al parásito es un grave problema de salud publica y exige estudios más detallados del molusco. "La posibilidad de introducción de la esquistosomiasis en nuevas áreas no puede ser descartada", alertó la investigadora.
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