Para realizar este estudio los profesionales desarrollaron una técnica especial, conocida como cromatografía de alta sensibilidad, unida a una cuidadosa espectrometría de masa. Tras completar los trabajos, los especialistas encontraron indicaciones claras que el humo de la marihuana logra dañar el ADN, por lo menos en condiciones de laboratorio.
Los resultados del estudio se publicaron en la revista científica Chemical Research in Toxicology y los responsables fueron Rajinder Singh, Jatinderpal Sandhu, Balvinder Kaur, Tina Juren, William P. Steward, Dan Segerback y Peter Farmer; todos integrantes del grupo de Prevención y Biomarcadores en cáncer, del departamento de estudios en cáncer y medicina molecular del instituto Karolinska, en Suecia.
Singh afirmó que, "hasta ahora ha habido muchos estudios sobre la toxicidad generada por el humo del tabaco. Y, se sabe, que el humo del tabaco contiene más de 4000 elementos químicos diferentes, de los cuales por lo menos 60 son clasificados como "carcinógenos".
"Sin embargo", agregó Sing, "no se habían hecho demasiados estudios acerca de la toxicidad del humo de la marihuana, pese a que se sabe que el humo de la cannabis contiene más de 400 componente diferentes, incluyendo 60 de la familia de los cannabinoides".
Lo que se logró determinar es que, a causa de su baja combustibilidad, el humo de esta droga contiene un 50% más de moléculas aromáticas policíclicas hidrocarbonadas -que son conocidos carcinógenos-, que el humo del tabaco.
Esto incluye algunos compuestos como el naftaleno, el benzopireno, y el benzantraceno.
El trabajo de los autores incluye frases tales como: "se conoce bien que el humo del tabaco contiene diversas substancias tóxicas que pueden dañar el ADN celular y que aumentan el riesgo de contraer cáncer de pulmón y otros similares. Sin embargo, los científicos no tenían constancia en si el humo de la marihuana podía generar efectos similares. Nuestra investigación prueba que muchas moléculas presentes en el humo de la cannabis son carcinogenas".
Las conclusiones tienen implicaciones significativas para la salud de las personas, especialmente porque el fumador de marihuana tiende a inhalar en forma más profunda el humo de este tipo de cigarrillos que el de un cigarrillo de tabaco. Esto, obviamente, aumenta el campo de incidencia y daño de dicho humo.
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