Un hallazgo sin precedentes y que podría contribuir notablemente en la reconstrucción del proceso evolutivo de la región de Coyhaique, realizaron recientemente un grupo de investigadores que realizaban trabajos en el marco del proyecto "Contextualización paleoecológica y poblacional de los sitios con pinturas rupestres de la cuenca del Río Aysén."
Mientras intentaban identificar las condiciones naturales y sociales bajo las cuales se ejecutaron las pinturas rupestres descubiertas a partir del año 2005 en el curso medio de la cuenca del Río Aysén, los investigadores detectaron la presencia de un yacimiento fosilífero que junto con aportar antecedentes sobre la historia natural de las cercanías de Coyhaique, podría entregar datos inéditos que permitirían entender la diversidad biológica y las relaciones evolutivas con la fauna fósil de La Antártica, Nueva Zelanda, África y Australia.
De acuerdo al paleontólogo Leonardo Pérez, encargado del área paleontológica del proyecto, se trata de un sitio con abundantes restos petrificados de fauna marina que, de comprobarse, pertenecerían a una formación del período Cretácico y tendrían una edad aproximada de 143 a 135 millones de años. Según el paleontólogo, los restos se encuentran en un excelente estado de conservación, y en entre ellos se ha reconocido la presencia de varias especies de Amonites (moluscos nadadores similares a pulpos con una concha enrollada), Belemnites (parientes de calamares y de similar aspecto), Bivalvos enterrantes del fondo marino, gusanos marinos así como evidencia de peces de considerable tamaño, posiblemente de tiburones.
“¿De qué época datan exactamente?, o ¿cómo eran esas especies y la dinámica de los ecosistemas que los originaron, son algunas de las preguntas que deseamos responder, ya que además hay una enorme falta de información y descuido en la difusión de nuestro patrimonio fósil”, señala.
Paleontología en Aysén
Para el arqueólogo Kemel Sade, el descubrimiento es de gran importancia para la región, aunque asegura que la investigación paleontológica, y en general, el conocimiento sobre la flora y fauna fósil anterior al primer poblamiento humano de Aysén (ca. 12.600 años atrás) es un tema descuidado y prácticamente desconocido en la región.
“Aunque existen muchos restos de fósiles en los alrededores de Coyhaique, donde abundan los amonites, bivalvos y belemnites, estos están conservados por la población en sus casas o simplemente arrumbados en bodegas. Lamentablemente la falta de información sobre la naturaleza de estos vestigios, impiden su valoración y cuidado, la carencia de especialistas, institucionalidad y equipos para llevar a cabo investigaciones adecuadas acrecientan el problema”, explica.
Junto con relevar la trascendencia del hallazgo, Fabien Bourlon, director del Centro de Turismo Científico del CIEP, se refirió a la importancia de que las investigaciones arqueológicas sean realizadas por profesionales del área y además formuló un llamado a la comunidad, para que en caso de ocurrir nuevos descubrimientos, éstos sean reportados al Consejo de Monumentos Nacionales.
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