La técnica podría ser útil para confeccionar productos textiles súper fuertes y materiales médicos de avanzada tecnología, incluyendo huesos y tendones. "Podría convertirse en hilos muy fuertes para las operaciones quirúrgicas", indicó en una entrevista telefónica el investigador Seung-Mo Lee del instituto Max Planck de física microscópica en Halle, Alemania.
Lee y sus colegas, quienes publicaron sus hallazgos en la revista Science, descubrieron que al agregar zinc, titanio o aluminio a una extensión de seda de araña, ésta se volvía más resistente a las deformaciones y se rompía menos.
Los científicos utilizaron un proceso que no sólo logra cubrir la seda con metal, sino que también provoca que algunos iones metálicos penetren en las fibras y reaccionen con su estructura proteica.
Lee dijo que quería intentar agregar otros materiales, incluyendo polímeros artificiales como el teflón. La idea la obtuvieron de estudios que mostraban indicios de metales en las partes más duras de algunos insectos.
La seda de araña ha fascinado por largo tiempo a los científicos, pero producirla a un nivel comercial es difícil porque las arañas mantenidas en cautiverio tienen a comerse unas a otras.
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