Los Habsburgo fueron sustituidos en el año 1700 en España por la dinastía francesa de los Borbones, actualmente reinante, tras la muerte de su último rey, Carlos II "el hechizado", que murió a los 39 años sin descendencia.
Investigadores españoles han calculado el "grado de endogamia" de la rama española de los Habsburgo y concluyeron que "el gran número de matrimonios consanguíneos" llevados a cabo en esta familia pudo provocar problemas genéticos en el rey Carlos II. Este rey era débil, física y psicológicamente, tenía el rostro deformado y era impotente, subrayaron estos investigadores en un estudio publicado por la revista científica estadounidense PLoS ONE.
Según textos de la época, Carlos II empezó a hablar a los cuatro años, a andar a los ocho y durante los últimos años de su vida, apenas lograba mantenerse de pie y era víctima de alucinaciones y convulsiones.
"Una de las hipótesis es que Carlos II hubiera sufrido dos problemas genéticos simultáneos: una deficiencia de las hormonas pituitarias y acidosis tubular renal, que podrían explicar su perfil clínico complejo, incluida su impotencia que condujo a la extinción de la dinastía", según el estudio.
"Con el objetivo de mantener su dinastía, los reyes Habsburgo se casaron a menudo con miembros cercanos de su familia, con uniones tío sobrina, entre primos u otras uniones consanguíneas", según los investigadores.
El grado de endogamia aumentó con los años en la dinastía Habsburgo, según investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela y de la Fundación Pública Gallega de Medicina Genómica.
Este grado era así del 0.025 para Felipe I, el fundador de la dinastía que se casó con sobrina, Ana de Austria, y fue subiendo hasta el 0.254 para Carlos II. La tasa de mortalidad entre los Habsburgo era anormalmente elevada respecto a la media de la época en España.
Noticia publicada en Periódico Digital (México)