Por ejemplo, en Estados Unidos, la madera puede abastecer de manera sustentable “enormes cantidades de energía, comparable a la producción de energía de (represas) hidroeléctricas”, dice el estudio, que fue publicado en la revista especializada Science .
Por cierto, ese tipo de quema de madera está siendo utilizado en una universidad de Estados Unidos, y en ciudades a través de Europa, entre ellas Joensuu, Finlandia.
La calidad de la atmósfera en Joensuu “ha mejorado mucho”, dijo Antti Asikainen, residente de la ciudad y experto reconocido del Instituto de Investigaciones Forestales de Finlandia.
Para obtener esos beneficios de la quema de madera, las ciudades no pueden depender de calderas ordinarias. Se requieren máquinas avanzadas para que el intenso calor y condiciones cuidadosamente controladas aseguren que casi todo el carbón se descomponga en gases inflamables. Luego, esos gases son encendidos, generando mucha más energía que una chimenea ordinaria.
Las plantas de energía que queman madera para producir gas muy inflamable también cuentan con filtros que eliminan buena parte del hollín, reduciendo así la contaminación.
Los árboles succionan dióxido de carbono de la atmósfera mientras crecen, y luego liberan aproximadamente la misma cantidad del gas cuando la madera es quemada en las modernas plantas de energía, dijo Jack Byrne, director de la Oficina de Sustentabilidad de la universidad Middlebury College, en Vermont. Esa universidad inauguró en febrero una planta de energía en base a leña.
El proceso de hacer crecer, de talar, y de quemar árboles, es mucho menos contaminante que cuando se emplean métodos tradicionales, dijo Byrne. El calcula que las emisiones de dióxido de carbono “se han reducido en un 40%”, desde que instalaron la planta.
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