Tratar de encontrar un equilibrio entre estas dos cruciales conductas es uno de los más antiguos dilemas de la naturaleza, señaló Jefferey Oliver, principal autor del estudio, que aparece este miércoles en al edición online de la revista "Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences". "Quieres resultar atractivo y deseable para tu pareja, pero otros espectadores, incluidos los depredadores, también prestan atención a esas mismas señales", explicó.
Oliver estaba interesado en determinar si los puntos en forma de ojo presentes en la parte superior de las alas de la mariposas marrones servían con un propósito distinto a los que se encuentran en la parte inferior. Ya desde Darwin, los biólogos habían especulado si la forma superior de las alas podrían servir para atraer a las parejas, y que al mismo tiempo, los que se hallaban debajo, podían ayudar a evitar a los depredadores.
Para confirmar este extremo, Oliver utilizó nuevas herramientras. Utilizando diversos modelos evolutivos, encontró que esos puntos en forma de ojo de la parte superior de las alas evolucionaban aparentemente de forma mucho más rápida que los de abajo, lo que significa que aparecían y desaparecían de forma reciente a través de la evolución, El resultado es consistente con la teoría de que eran utilizados para atraer a las parejas, funcionando como señales para la selección sexual, que tienden a evolucionar más rápido que otras.
Del mismo modo, cuando las mariposas se posan sobre sus alas unidas y quedan al descubierto su parte inferior, pueden enviar una señal oculta sobre sus características que despiste a los depredadores y les dé tiempo para escapar.
Este estudio es el primero en utilizar modelos de evolución histórica para mostrar que una especie puede usar la misma señal --en este caso, puntos con forma de ojo-- en diferentes áreas de su cuerpo para comunicar diferentes mensajes.
Noticia publicada en Europa Press (España)