Investigadores del Imaging Science Institute de Berlín han utilizado imágenes de tomografía computerizada (TC) para estudiar el famoso busto de Nefertiti y han desvelado un rostro delicadamente esculpido en el núcleo interno de la piedra caliza. Los resultados del trabajo, que se publican en la revista Radiology, ayudarán en la conservación de esta famosa pieza egipcia.
"Hemos conseguido mucha información sobre cómo se realizó el busto hace más de 3.300 años por el escultor real. Descubrimos que la escultura tiene dos rostros ligeramente diferentes y hemos averiguado con las imágenes de TC cómo evitar los daños en este objeto tan valioso", explica Alexandre Huppertz, director del estudio.
Nefertiti, la mujer del faraón Akenatón, fue la consorte real más famosa de las 31 dinastías egipcias. Su busto se descubrió en 1912 durante las excavaciones en el estudio del escultor real Thutmose y se considera uno de los hallazgos más importantes del antiguo Egipto. La obra, de la colección del Museo Egipcio de Berlín, será trasladada en octubre al restaurado Museo Nuevo de la ciudad.
El busto de Nefertiti es un núcleo de piedra caliza cubierto por capas de estuco de diferente grosor. La obra fue examinada utilizando TC por primera vez en 1992 pero los recientes avances en la técnica llevaron a realizar un nuevo análisis de la pieza en el 2007.
Escultura de varias capas
El equipo de Huppertz empleó una técnica de TC espiral de 64 secciones con un grosor de submilímetros por sección para examinar el busto y evaluar su estado de conservación, conseguir información sobre su creación y proporcionar imágenes en tres dimensiones del interior de la piedra caliza de la escultura.
Los resultados muestran que se utilizó un proceso en múltiples pasos para crear la escultura. La capa de estudio de la cara y las orejas es muy fina, pero la parte posterior de la corona reconstruida contiene dos capas de estuco gruesas. Las imágenes de TC mostraban varias fisuras y una unión no uniforme entre las capas.
En comparación con la cara de estuco más externa, la cara interna de piedra caliza mostraba algunas diferencias: menos profundidad en las esquinas de los párpados, pliegues alrededor de las esquinas de la boca y las mejillas, pómulos menos prominentes y una ligera prominencia de la nariz. Las orejas de la escultura interior eran similares a las visibles en el exterior.