Una investigación realizada con el telescopio espacial Spitzer, de la NASA, ha detectado grandes concentraciones de carbono en el centro de la Vía Láctea, específicamente alrededor de nebulosas planetarias. Estas son objetos gaseosos formados por la expulsión de las capas externas de una estrella al final de su vida, según informó el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Aunque anteriormente se habían detectado estrellas con una sobreabundancia extrema de carbono en otras regiones de la galaxia, esta es la primera vez que se identifica este elemento químico en el núcleo galáctico. Su presencia en las nebulosas planetarias, y no en otras estrellas viejas y de baja masa que también habitan esta región, sugiere que ocurren cambios químicos significativos en las etapas finales de la vida de estas estrellas.
El equipo de investigación, compuesto por los científicos españoles Aníbal García Hernández (IAC), José Perea Calderón y Pedro García Lario (Agencia Espacial Europea), analizó los espectros de 40 nebulosas planetarias utilizando el espectrómetro infrarrojo del telescopio Spitzer. De estas, 26 nebulosas se encuentran en el centro de la Vía Láctea, conocido como el "bulbo galáctico", mientras que las 14 restantes están localizadas en otras regiones de la galaxia.
Los resultados del análisis revelaron grandes cantidades de silicatos cristalinos e hidrocarburos aromáticos policíclicos, que son indicios claros de la presencia de oxígeno y carbono, respectivamente.
Noticia publicada en Norte Castilla (España)