Una especie de pez de agua dulce conocida como Astyanax fasciatus o pez ciego está sirviendo a científicos del Georgia Tech, de Estados Unidos, para desarrollar un nuevo tipo de sensores de mayor rendimiento que la técnica del sonar (que usa la propagación del sonido bajo el agua para la navegación, la comunicación o la detección).
Estos peces, que no pueden ver, poseen una tecnología biológica “puntera”, que consiste en pelos cubiertos de una especie de gel, que se extienden por todo su cuerpo. Con ellos, los peces ciegos perciben los movimientos del medio acuoso en que se encuentran.
Los investigadores han conseguido imitar dichos pelos, y reproducir de manera artificial la habilidad del Astyanax fasciatus para detectar objetos bajo el agua y moverse a través de la oscuridad, informa el Georgia Tech en un comunicado, aunque de momento sólo a pequeña escala.
Aplicaciones y ventajas
Si llegaran a fabricarse en series de miles de ellos, estos tendrán diversas aplicaciones submarinas como de vigilancia, detección temprana de tsunamis, inspección autónoma de instalaciones petrolíferas, navegación autónoma submarina o investigación marina.
Según explica el profesor Vladimir Tsukruk, uno de sus creadores, las células del pelo de los peces ciegos son como sensores mecánicos bien diseñados, similares a los que los humanos poseemos en los oídos y que nos permiten mantener el equilibrio.
Están tan bien diseñados que, cualquier desvío de estás células pilosas encapsuladas en “gelatina” aporta a los peces información sobre lo que sucede a su alrededor, en la corriente en la que nadan, con mayor eficiencia que un sonar.
Si se pudieran imitar artificialmente, aseguran, superarían además al sonar por su eficiencia y porque no presentarían ciertos obstáculos que el sonar sí presenta: que requiere mucho espacio, envía señales acústicas que pueden tener efectos negativos para el entorno y no puede usarse para aplicaciones que necesitan el sigilo.
Noticia completa en Tendencias 21