Científicos suecos y británicos han demostrado, mediante imágenes tomadas con la técnica de exploración de resonancia magnética funcional (fMRI, que la hormona oxitocina puede inhibir los sentimientos de ansiedad que se producen en algunos individuos al entrar en contacto con otras personas.
Los resultados de una investigación llevada a cabo por el Karolinska Institutet de Suecia, en colaboración con el Welcome Trust Functional Imaging Laboratory de Londres, podrían mejorar los tratamientos para determinadas afecciones psiquiátricas, como la llamada fobia social, informa dicho instituto en un comunicado.
La fobia social o ansiedad social es un trastorno psicológico que provoca en las personas que lo padecen el miedo a ciertas situaciones sociales, como los encuentros inesperados con conocidos, familiares o amigos; o las reuniones sociales de cualquier tipo.
Oxitocina y emociones
Estas situaciones y otra serie de sucesos hacen que la persona que padece este trastorno se sienta insegura, acechada e incómoda, con sensaciones intensas y desagradables acerca de lo que pueden estar hablando de ella, por ejemplo.
La ansiedad social se suele desarrollar en la juventud, después de la adolescencia y su aparición es mucho más común de lo que se piensa popularmente. De ahí la importancia del hallazgo de estos científicos.
Por otro lado, tal y como explican los investigadores en la revista especializada The Journal of Neuroscience, se sabe que la oxitocina promueve el comportamiento pro-social. Este neuropéptido (o cadena de dos o más aminoácidos o monómeros de proteínas) es segregado por nuestro organismo en situaciones como el parto o la lactancia, y produce un efecto analgésico o de calma.
Estudios llevados a cabo con animales han demostrado asimismo que la oxitocina promueve la interacción social, por ejemplo, durante la época del cortejo. En los humanos, se conocía que esta hormona tiene una influencia directa en la amígdala, que es una región del cerebro clave en las interacciones sociales y en la identificación de amenazas emocionales inmediatas. Como parte del sistema límbico, la amígdala se encarga del procesamiento y del almacenamiento de reacciones emocionales.
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