"Los científicos y diseñadores ya trabajan en el modelo del futuro portaaviones. Por ahora se ha decidido que será de propulsión nuclear y tendrá un desplazamiento de entre 50.000 y 60.000 toneladas", señaló el vicealmirante Anatoli Shlémov.
Explicó que se prevé construir como mínimo tres portaaviones, uno de ellos para la Flota del Norte y otro para la del Pacífico, aunque más tarde su número podría elevarse a seis, en función de las necesidades de la defensa y las posibilidades económicas del país.
El vicealmirante recordó que el presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenó en octubre pasado trazar un programa nacional de construcción de portaaviones para iniciar su fabricación "en los próximos años" y expresó la esperanza en que esto ocurra para 2015.
Según Shlémov, el Ministerio de Defensa aún no ha decidido en cuál de los dos astilleros rivales serán construidos los navíos: el del Báltico o en el ártico Sevmash, con sede en el puerto ruso de Severodvinsk, a orillas del mar Blanco.
El primero tiene experiencia en construcción de embarcaciones civiles de hasta 100.000 toneladas de desplazamiento, mientras el segundo se especializa en barcos de propulsión nuclear y actualmente moderniza para la Armada india el viejo portaaviones ruso "Almirante Gorshkov".
Shlémov señaló que los futuros portaaviones rusos estarán dotados de aviones de cubierta de quinta generación, de despegue horizontal clásico, que sustituirán al modelo actual Su-33, y de aparatos espía no tripulados que empieza a diseñar la industria militar rusa.
Agregó que los nuevos portaaviones, a diferencia de los anteriores, ya no portarán misiles de crucero, por cuanto esos cohetes estarán emplazados en sus aviones de cubierta, según la agencia oficial RIA-Nóvosti.
El director general de Sevmash, Nikolái Kalistrátov, confirmó a esa agencia la disposición de su astillero para fabricar los portaaviones y estimó en unos 4.000 millones de dólares el precio de cada uno en el mercado internacional.
Según había declarado en junio de 2007 el entonces comandante de la Armada rusa, almirante Vladímir Masorin, se planeaba que el portaaviones nuclear sirviera de base a cerca de treinta aeronaves de combate, entre aviones y helicópteros.
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