Según los autores del trabajo, recogido por Europa Press tras ser publicado en la edición digital de la revista "Nature", estos descubrimientos solucionan el "misterio" químico de la adicción a la nicotina.
Si la nicotina activara sus receptores en los músculos de forma tan potente a como lo hace en el cerebro, el tabaquismo causaría contracciones musculares intolerables e incluso quizás fatales.
Los investigadores, dirigidos por Dennis Dougherty, han descubierto que todo se debe a una interacción específica que sólo se produce en el cerebro entre la carga positiva de la nicotina y un aminoácido aromático específico en el receptor cerebral.
Esta interacción no se produce en los músculos, incluso a pesar de que las localizaciones donde se ancla la nicotina tienen la misma estructura. Según los científicos, la diferencia se debe probablemente a una ligera diferencia en los lugares de unión, lo que permite a la nicotina unirse de forma más fuerte con el receptor neuronal.
Noticia publicada en Salamanca 24 Horas (España)