Por primera vez los investigadores han conseguido colocar diminutos localizadores geográficos en las aves cantoras para seguir su migración estacional y los resultados indican que estas pequeñas aves son capaces de volar mucho más lejos y más rápido de lo que nadie había pensado hasta el momento.
El estudio también proporciona información más precisa sobre sus rutas migratorias. Estos datos podrían utilizarse para ayudar a proteger las poblaciones de aves cantoras, que han ido disminuyendo alrededor del mundo desde hace décadas, y también para evaluar problemas ambientales como la pérdida de hábitat y el cambio climático.
Los investigadores, dirigidos por Bridget Stutchbury, describen cómo pusieron estos dispositivos en miniatura a 14 zorzales y 20 golondrinas en sus lugares de cría en Pensilvania (Estados Unidos) en 2007.
Los científicos recuperaron los localizadores geográficos de cinco zorzales y dos golondrinas en el verano de 2008. Entonces pudieron reconstruir las rutas de migración individuales de estas aves y las localizaciones de invierno en su camino a Sudamérica y su posterior regreso a Pensilvania.
Los investigadores descubrieron que estas aves cantoras podían volar más de 500 kilómetros al día, estimaciones previas señalaban que esta cifra sólo llegaba a los 150 kilómetros, y también que la tasa de migración de las aves en primavera era entre dos y seis veces más rápida que en otoño.
Los pequeños geo-localizadores utilizados en el estudio detectaban la luz por lo que los investigadores pudieron estimar la latitud y longitud de las aves al registrar los momentos del amanecer y el anochecer.
Noticia publicada en Europa Press (España)