Los resultados, que se publican su trabajo en la revista "Science", muestran que los sentimientos de envidia se procesan en la región cerebral asociada al dolor físico.
Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) para observar qué regiones del cerebro respondían a las emociones de envidia y de gusto por las desgracias y el dolor ajenos.
Los científicos, dirigidos por Hidehiko Takahashi, realizaron dos estudios de IRMf en 19 sujetos humanos sanos y analizaron sus respuestas neurales a dos emociones sociales en varios contextos.
Los autores del trabajo descubrieron que los sentimientos de envidia estimulaban la corteza cingulada anterior dorsal, la misma región asociada con el dolor físico, mientras que el sentimiento de regocijo en el mal de otros desencadenaba actividad en el estriado ventral, que procesa las recompensas.
Los resultados también mostraron que estas señales de "recompensa" eran más intensas cuando algo malo le sucedía a la persona que los sujetos envidiaban.
Estos descubrimientos demuestran por primera vez la relación dinámica entre los dolores y placeres sociales y también sugiere que el cerebro humano podría tratar las experiencias sociales abstractas como experiencias físicas en mayor medida de lo que se pensaba hasta el momento.
Noticia publicada en Ecodiario (España)