Toda la historia comenzó con la realización de la Carta Arqueológica de Ceuta en el año 2001 por un equipo de la Universidad de Cádiz, lo cual permitió dejar al descubierto una cueva denominada La Cabililla situada encima de una cantera de piedras junto a la frontera norte que separa Ceuta de Marruecos.
Según han informado a EFE fuentes del área de Cultura del Gobierno ceutí, la cueva ha permitido determinar en los últimos años la existencia de un asentamiento de unos 270.000 años de antigüedad, tras el análisis de los restos localizados.
Sin embargo, las seis primeras campañas de excavaciones en este yacimiento no han dado respuesta a la principal pregunta que se plantean los doctores gaditanos José Ramos y Darío Bernal, codirectores del proyecto y profesores en la UCA, sobre si fue el Estrecho de Gibraltar una posible vía de acceso a Europa de sociedades con tecnología paleolítica.
La presencia de objetos correspondientes a la cultura musteriense, en la que dominó el hombre de Neanderthal, refuerzan esta línea de investigación, aún más si se tiene en cuenta la localización geográfica de Benzú en el Estrecho de Gibraltar que otorga a este enclave un carácter estratégico en relación a ocupaciones de los dos continentes.
La ausencia, hasta el momento, de restos óseos humanos que confirmen la hipótesis de que el Estrecho sirviera de vía, no ha afectado la labor de los arqueólogos, quienes han avanzado en el estudio arqueológico y de la tecnología lítica, es decir, de la producción de utensilios de piedra y minerales, que ha permitido datar con exactitud este asentamiento de comunidades cazadoras-recolectoras.
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