Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM) puede haber tenido un importante contratiempo en sus planes terroristas. Los diarios argelino Echorouk y estadounidense The Washington Times informaron hace unos días de que la filial de Al Qaeda en el norte de África ha tenido que abandonar recientemente un campamento en el norte de Argelia debido a un brote de peste. Las informaciones apuntan que la epidemia ha provocado 40 bajas en el seno de la organización, y sostienen que la causa es un fallo en el desarrollo de una nueva arma bacteriológica, que tiene el virus de la peste como principal componente.
Un alto funcionario de los servicios de inteligencia estadounidenses ha confirmado el percance a The Washington Times. La base abandonada está en las proximidades de Tizi Ouzou, en una región boscosa con fuerte presencia de la organización heredera del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC). Sólo 340 kilómetros de Mar Mediterráneo separan la zona de Palma de Mallorca, y 451, de Cartagena.
Los radicales huyeron a las ciudades de Bejaia y Jijel. El fallo en los planes de AQIM habría sido confirmado además por una comunicación interceptada en la primera semana de enero, en la que los líderes de la filial argelina informaron a la base de operaciones de Al Qaeda en Pakistán del contratiempo.
Según otra fuente de información, Counterterrorism Blog, una web solvente, el incidente explicaría que 60 yihadistas de AQIM de la misma región se hayan entregado de pronto a las autoridades argelinas. Más que a un arrepentimiento masivo, la entrega se debería al pánico que ha provocado la epidemia entre los militantes de la organización.
La misma fuente asegura que hace un año, terroristas paquistaníes viajaron a los campos de entrenamiento de AQIM en Argelia para adiestrar a su organización satélite en la producción de agentes biológicos. El desarrollo de armas bacteriológicas siempre ha estado entre las prioridades del yihadismo por el alto poder destructivo que conllevarían, y hace tiempo que Al Qaeda presiona a sus fieles en el Magreb para que cometan atentados de destrucción masiva en su área de influencia, que incluye a Europa. La presión puede haber jugado una mala pasada a los radicales.
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