Un equipo de expertos del Pennington Biomedical Research Centre de Luisiana cree que el adenovirus, que puede contagiarse a través de la tos o las manos sucias, hace que se multipliquen las células adiposas.
Los científicos norteamericanos descubrieron que los pollos y ratones de laboratorio infectados por ese virus engordaban mucho más rápidamente que los animales no contagiados aunque ingiriesen la misma cantidad de comida.
Los estudios llevados a cabo en humanos indican que casi un tercio de los adultos obesos tienen ese virus frente a un 11% de los individuos que no sufren sobrepeso.
El director del equipo, Mikhil Dhurandhar ha declarado que "el virus entra en los pulmones y se propaga rápidamente por el cuerpo, viaja a varios órganos y tejidos como el hígado, los riñones, el cerebro y el tejido adiposo".
Dhurandhar ha señalado que "cuando el virus llega al tejido adiposo, se replica, produce más copias de sí mismo, proceso que a su vez aumenta el número de nuevas células adiposas, lo que puede explicar la expansión de ese tejido" en el cuerpo. Este tipo de efectos del virus continúan mucho tiempo después de que los infectados por el mismo se hayan recuperado de su resfriado.
El experto ha reconocido que hay otras razones por las que las personas pueden sufrir sobrepeso, por lo que "no tiene sentido evitar a los gordos para prevenir la infección" de obesidad.
Además, Dhurandhar ha predecido que en cinco o diez años puede haber una vacuna contra ese virus.
Sin embargo, según el doctor Ian Campbell, director médico de la organización contra la obesidad "Weight Concern", "un virus no puede ser razón suficiente para que tengamos una epidemia de obesidad".
Noticia publicada en Antena 3 (España)