La realidad ha vuelto a superar a la ficción. Quién iba a pensar que las historias que vimos en películas como Un viaje fantástico (1996) o El chip prodigioso (1987) podrían salir de la pantalla y saltar al mundo real. Pues así es. Un grupo de científicos australianos ha desarrollado un nanorobot con un diámetro de 250 nanómetros, o el espesor de 2 a 3 cabellos, potencialmente capaz de operar el cerebro.
"Buscabamos algo que pudiera ser colocado en las arterias humanas", ha asegurado James Friend, del laboratorio de nanofísica de la Universidad de Monash, en Clayton (Australia), y co-autor de un estudio publicado en el Diario de Micromecánica y Microingeniería.
Aunque el reto no era el tamaño de la tecnología. La verdadera dificultad consistía en desarrollar un robot lo suficientemente potente para "ir contra la corriente" en los vasos sanguíneos.
El motor del nanorobot, Proteus, ha sido tomado del célebre submarino en miniatura de Un viaje fantástico, en la que un médico y su asistente, interpretada por Raquel Welch, se reducen a un tamaño microscópico para penetrar en la pierna de un ex espía de la Unión Soviética, y lograr la destrucción de un coágulo de sangre en su cerebro.
No obstante, el nanorobot real no sería "inyectado en una pierna, porque el viaje para llegar al cerebro sería demasiado largo, pero quizás sí en el cuello", aseguran. "Nadar a través de las grandes arterias del cuerpo humano es difícil porque la corriente es muy rápida", afirma el nanofísico, que añade que, cerca del corazón, la sangre fluye a un metro por segundo. Sin embargo, cerca del cerebro, el flujo arterial es mucho más tranquilo.
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