Ahora, estos científicos han demostrado que también puede obtenerse el código genético de una especie extinguida en condiciones normales, lo que abre la puerta a conocer el ADN de cualquier animal extinguido, siempre que exista algún ejemplar preservado en un museo.
En concreto, se han conseguido todos los genes de origen materno del tigre de Tasmania, --un felino que habitaba la isla del mismo nombre situada al sur de Australia y que se extinguió en los años 30 del siglo XX--, gracias a las muestras de pelo tomadas de dos ejemplares conservados en el Museo Smithsonian de Washington y en el Museo de Historia Natural de Suecia, el primero de los cuales estaba disecado y el segundo preservado en formol.
El estudio, recogido por otr/press, se publica hoy en la versión digital de la revista Genome Research, y representa la primera secuenciación de genes de este marsupial carnivoro, que presentaba una curiosa mezcla de perro y tigre. Pero sobre todo, esta investigación abre la puerta al uso generalizado y sin deterioro de ejemplares de animales en museos para aprender por qué se extinguieron y cómo la desaparición de especies puede ser prevenida.
"Nuestro objetivo es saber cómo prevenir la extinción de especies", explicó Webb Miller, biólogo de la Universidad de Pennsilvania y miembro del equipo internacional de investigadores procedentes de Estados Unidos, Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Alemania y también España, donde la Fundación Ramón Areces contribuye a financiar el proyecto. Además este científico mostró su esperanza de que este estudio "relance las discusiones sobre la posibilidad de recuperar el tigre de Tasmania".
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