Según los científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California, alterar o reducir estos procesos podría impedir, o al menos retrasar, la aparición de las primeras arrugas en los seres humanos.
"Existe un proceso genético para que ocurra el envejecimiento", señaló Howard Chang, profesor de dermatología y miembro del Centro Oncológico de la Universidad de Stanford.
"Es posible que en los individuos que viven más de 100 años haya una versión menos eficiente de este proceso central", añadió.
El científico lo comparó con el que ocurre en niños que padecen progeria, una enfermedad de envejecimiento prematuro, y en el que los componentes del proceso parecerían ser mucho más activos.
Los investigadores centraron su estudio en dos procesos aparentemente independientes pero estrechamente vinculados al envejecimiento en los ratones.
Uno de ellos tiene que ver con una molécula conocida como SIRT6, que pertenece a la familia de proteínas "sirtuinas", que regulan el ciclo de vida de las levaduras y los gusanos.
Esa molécula está involucrada en la estabilidad genómica y la protección de los extremos cromosomáticos llamados telómeros.
Se cree que los telómeros, que se acortan en cada división celular, funcionan como un reloj molecular interno vinculado con el envejecimiento.
En su estudio, los científicos determinaron que los ratones que carecen de SIRT6 nacen normalmente pero mueren a las pocas semanas debido a una rápida y múltiple degeneración orgánica similar a la del envejecimiento.
Noticia completa en RPP (Perú)