El fósil -un húmero, o hueso largo del ala- representa el resto más antiguo de un loro encontrado en una latitud tan septentrional, según los autores del estudio. Los fósiles de loros son escasos debido a que los huesos de estos animales son pequeños y livianos y tienden a destruirse antes de quedar fosilizados. El descubrimiento sugiere que los loros evolucionaron en el hemisferio norte antes de dividirse en especies diversas en los trópicos.
"Había estado estudiando muchos huesos de loro antes de éste, y cuando lo ví realmente empecé a preguntarme si podía tratarse de un loro", explicó el coautor del estudio David Waterhouse, que investigó el fósil entre 2002 y 2006 con una beca del University College de Dublín.
Trópicos escandinavos
Hoy no viven loros silvestres en el norte de Europa. Estas aves están prácticamente confinadas a las regiones tropicales de la Tierra. En el sketch de los Monty Python, el vendedor intenta explicarle al cliente que el loro no se mueve porque "extraña los fiordos". Pero el azul danés recientemente encontrado probablemente haya volado sobre una Escandinavia decididamente más exuberante y tropical, semejante al hábitat de los loros modernos.
Durante esa época, Europa atravesaba por un período cálido, y una laguna cubría gran parte del continente. La era de hielo que originó los tradicionales fiordos de los países nórdicos tendría lugar millones de años más tarde. Por lo que tiene sentido que hubiera loros viviendo en Europa durante este período cálido, según Waterhouse. El estudio apareció en la publicación Paleontology.
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