El Instituto Geofísico contabilizó tres explosiones de 1,5 kilómetros de altura durante el fin de semana.
Las explosiones estuvieron caracterizadas por vapor de agua y moderadas cargas de ceniza que se esparcieron en las comunidades El Manzano y Chonglontus. Estas zonas pertenecen al cantón Penipe, en la provincia de Chimborazo. “La lluvia de ceniza es mínima en comparación con las reactivaciones anteriores.
Esperamos que la actividad en el volcán disminuya. Mucha gente sembró papas, maíz y cebolla. La agricultura es nuestra principal fuente de ingresos”, señala Jorge Baldeón, agricultor de El Manzano. El campesino agrega que en las noches se escuchan fuertes bramidos.
Eso ocasiona que vibren los vidrios de las casas. No obstante, precisa que en los últimos días no se observan rocas incandescentes en los flancos del volcán.
El vulcanólogo del Instituto, Patricio Ramón, detalla que la actividad es moderada.
Ramón precisa que luego de la erupción de febrero pasado disminuyó la actividad. Sin embargo, el comportamiento varió: “El 15 de diciembre, se produjeron emisiones importantes de vapor de agua con ceniza”. El vulcanólogo sostiene, además, que el último viernes registraron un tremor importante.
Una de las emisiones más importantes, según la información obtenida por este organismo, ocurrió a las 06:00 del miércoles pasado. Ese día, se formó una columna de ceniza y vapor de agua de seis kilómetros de altura. Esta semana, los técnicos del Comité de Operaciones de Emergencia de Tungurahua se reunirán en Ambato para analizar este tema.
Uno de los pedidos de los campesinos es que las autoridades entreguen follaje para alimentar a los animales. Ellos también piden a las autoridades que si la lluvia de ceniza aumenta, se aplique un plan para entregar mascarillas y medicinas inmediatamente.
Noticia publicada en El Comercio (Ecuador)