Una pequeña parte de la población porta una mutación genética que ayuda a proteger el corazón contra los efectos de una dieta alta en grasas, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland en Baltimore (Estados Unidos) que se publica en la revista "Science". Los resultados del estudio podrían abrir la vía a nuevos tratamientos para la enfermedad cardiovascular.
Los niveles elevados en sangre de triglicéridos, uno de los tipos más comunes de grasa en los alimentos, han sido vinculados con la enfermedad cardiaca. Ahora, el equipo de Toni Pollin ha realizado un estudio en voluntarios de la población amish de Lancaster para buscar genes que contribuyan a las diferencias individuales en cómo el organismo gestiona los triglicéridos.
Los investigadores utilizaron muestras de sangre para buscar marcadores de ADN en los genomas de los individuos que podrían estar asociados con los niveles de triglicéridos. El estudio les condujo a una mutación en el gen APOC3, que codifica una proteína llamada apoC-III que inhibe la descomposición de los triglicéridos.
Los resultados mostraron que los individuos que portan esta mutación producían la mitad de la cantidad normal de apoC-III y tenían los niveles más bajos en sangre de triglicéridos, probablemente porque eran capaces de descomponer más de estas grasas en la sangre.
Estos mismos individuos tenían también niveles altos de colesterol "bueno" y bajos de colesterol "malo" y relativamente bajos niveles de endurecimiento arterial, lo que sugiere que son menos propensos a desarrollar enfermedad cardiovascular.
Si los investigadores pudieran desarrollar fármacos que se dirigieran a apoC-III o al que la codifica, estos medicamentos podrían ser útiles contra la enfermedad cardiaca.
Noticia publicada en Ecodiario (España)