Esta tolerancia dura al menos hasta los primeros años de la vida adulta, lo que podría explicar por qué los pacientes que necesitan trasplantes tienden a tolerar los tejidos que son similares a los de sus madres.
El sistema inmune fetal en desarrollo puede ser inusualmente tolerante a las sustancias extrañas, sin embargo, se conoce poco sobre el sistema inmune del feto. En ratones se han realizado algunas investigaciones pero los sistemas inmunes de ratones y humanos se desarrollan a diferente ritmo y podría por ello responder a sustancias extrañas de forma bastante diferente en el útero.
Los investigadores, dirigidos por Jeff Mold, estudiaron tejidos humanos e informan ahora que un gran número de células de la madre embarazada entran a los nódulos linfáticos del feto. En los nódulos, estas células inducen una población de células T reguladoras para suprimir la respuesta inmune fetal contra las células maternales.
En contraste con el sistema inmune del ratón, las células T del feto humano parecen estar inclinadas a convertirse en células T reguladoras bajo la estimulación con antígenos maternales. Después del nacimiento, estas células T reguladoras pueden continuar suprimiendo las respuestas inmunes contra las células maternales.
Noticia publicada en Ecodiario (España)